Monday, September 1, 2014

EL BARÇA ES UNA PEONZA (versió catalana: clica aquí)


La peonza es un juguete que ha existido desde la Antigüedad. Se aguanta sobre una punta sólo cuando está girando debido a la estabilidad que le proporciona el movimiento giratorio. Esta estabilidad es debida al principio de conservación del momento angular, que es una propiedad de todo cuerpo en rotación. Si no actúa ninguna fuerza sobre la peonza, el momento angular se mantiene constante tanto en el ángulo como en la magnitud y la peonza se aguanta derecha infinitamente. En la realidad, una peonza no se aguanta girando infinitamente porque la fricción de la peonza con la superficie y con el aire hace que se ponga a perder momento angular y acabe cayéndose al suelo.

Los equipos de fútbol son entidades de por sí muy inestables que suelen tener unos ciclos de esplendor y otros de decadencia, como peonzas: durante un tiempo se sostienen, atrayendo los focos de los medios, y después se pasan una temporada por los suelos, sin que nadie les preste atención. El Dream Team hizo enderezar un club que hacía tiempo que no se levantaba y con su fútbol de ataque hizo un ejemplo en toda España. Después la peonza vaciló, pero Guardiola la volvió a enderezar y la hizo girar con una energía como no se había visto nunca. La tragedia de Tito y la incompetencia de Zubi y de Martino juntas lograron frenar el impulso de Guardiola hasta hacer caer la peonza estrepitosamente.

Ahora la peonza, con Luis Enrique, parece que se quiere levantar, pero le cuesta. Hay algo que le pesa mucho, y es esta junta anquilosada de okupas que no quiere dimitir ni a tiros. Sandro Rosell y su grupo de amigos de Esade han pisoteado todo lo que hizo grande al Barça y aquí no ha pasado nada: muchos socios no se han dado cuenta de que estos yuppies desembarcaron en el Barça para forrarse. El enemigo lo tenemos en casa. Se han apuntado al modelo mercantilista de Florentino Pérez que ficha y re-vende para hacer negocio, pero esta tropa no saben hacer ni eso: el Madrid vende el pepa de Morata por 20 M € y el Barça deja ir libres de contrato perlas como Javier Espinosa; Florentino hace un negocio redondo con Di María (84 M €) y el Barça, en cambio, el año que viene regalará Alves, un jugador de una polivalència única (i per lo tanto aún muy valuoso) però que ya comienza a tener demasiados años para las exigencias físicas de su posición. Digámoslo de una vez por su nombre: la persona responsable de los fichajes (Zubizarreta) no tiene ni puta idea. En los últimos dos años Zubi ha demostrado repetidamente que no está profesionalmente capacitado para ocupar su cargo: 1) no supo retener los dos centrocampistas que habían sido formados para relevar a Xavi e Iniesta (Thiago y Cesc), una mala gestión que terminó reforzando dos de los máximos rivales europeos (Bayern y Chelsea); 2) no supo identificar cuándo había que fichar centrales de altura; 3) ha terminado fichando, tarde, dos centrales de edad avanzada y propensos a lesionarse (Mathieu y Vermaelen), una pésima inversión porque durarán pocos años y se devaluarán; 4) ahora ficha un centrocampista sin ADN Barça (Rakitic), un futbolista notable pero netamente inferior a los que forma la cantera (Thiago, Cesc, Sergi Roberto, Sampertodos internacionales contrastados). No extraña, pues, que en el Crackòvia a Zubi se le caracterice como el inútil por antonomasia. Los aficionados, mientras tanto, tenemos que arrastrar la vergüenza de una camiseta que está hecha un cromo con tantos patrocinadores, el contrato engañoso de Neymar, 162 millones de euros la mitad de los cuales se han invertido en futbolistas de "clase media" (quién es Douglas?), la incomprensible falta de respuesta del club a las infantiles bombas fétidas de Piqué, el escarnio del Daily Mail y de la CNN ("El Barça es menos que un club"), y ahora el castigo previsible de la FIFA por los reincidentes errores administrativos en los contratos de la Masia. Es posible hacerlo peor?

Pues sí. Para rematar la faena, los arquitectos de toda esta planificación, Zubi y el presidente Bartolomé, decidieron echar a una de las personas a las que el Barça le debía eterna gratitud: Guillermo Amor, director de la Masia y responsable de su impecable funcionamiento deportivo. Amor se cuidaba la Masia como si fuera su casa porque había sido su primer graduado. El argumento de que Amor era el responsable de los errores administrativos de los contratos de los jóvenes es de una indecencia maquiavélica: Amor es un futbolista sin experiencia jurídica. Causa especial indignación que en la junta nadie haya movido un dedo por uno de los héroes del Dream Team cuando lo que debería haber hecho el Barça ya hace tiempo es cambiar todo su equipo jurídico, visto que no ganan ni un miserable proceso judicial: de Justicia Deportiva no deben saber ni jota. Uno puede estar de acuerdo o no con la reglamentación de la FIFA, pero la FIFA no apercibió al Barça ayer lo avisó en 2009: sus abogados han tenido cinco años para pensar alguna estrategia y justificar sus dietas estratosféricas. Con Amor también se marchó, ultrajado, su brazo derecho, Albert Puig, director del fútbol base y otro artífice de los recientes éxitos de la Masia. Si la peonza sigue girando es gracias a Amor y Puig y todo el equipo con el que se rodearon debajo de ellos a lo largo de los años. Lo que da energía ahora a la peonza es la velocidad mental y atlética del fútbol de los jóvenes: el dribling eléctrico de Munir (el máximo goleador de la pretemporada con 18 años), la zancada elástica de Rafinha, la potencia incansable de Sergi Roberto, y el toque tridimensional de Samper, entre otros. Estos primeros compases de la temporada causan ilusión porque los jóvenes están volviendo a ser los mejores, como cuando Cruyff nos "descubrió" Guardiola e Iván de la Peña. Todo gracias a la Masia, el motor que hace avanzar el Barça incluso cuando el Barça le es ingrato.

Es sintomático que la reacción de la directiva a la sanción de la FIFA haya sido de crítica feroz y unánime contra la FIFA. Yo, desde aquí, quiero dar gracias de todo corazón a la FIFA porque durante un año esta pobre, sucia, triste, desdichada junta no podrá perjudicar al club fichando pepas forasteras y el Barça no tendrá más remedio que recurrir a su limpia y noble, culta, rica, libre, despierta y feliz cantera – que es, como ya sabe todo culé que no esté ciego, de donde salen últimamente los mejores jugadores del Barça. Esta junta se resistirá a dimitir y cuando el Barça vuelva a ganar dirá que es por "sus" fichajes, pero el socio listo lo ve muy claro: es la velocidad del fútbol de los jóvenes de la Masia lo que está enderezando una vez más esta peonza.

 
 http://afolch.blogspot.com/2014/09/el-barca-es-una-baldufa.html
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