Wednesday, April 23, 2014

LAS SEMILLAS DE LA MASIA



El polen que producen muchas plantas contiene el equivalente del esperma de los animales superiores como los humanos: las células para su reproducción sexual. Con las plantas, como el macho y la hembra no pueden entrar en contacto físico directo (la llamada cópula), la Naturaleza les ha proporcionado mecanismos para esparcir el polen mediante el viento (las plantas anemófilas) o mediante insectos (las plantas entomófilas). Cuando el viento o el insecto depositan granos de polen en la flor, concretamente en su ginoecio (el órgano reproductor femenino de la planta), se puede producir la fecundación de uno de los óvulos que contiene produciendo el crecimiento de una semilla hasta tomar la forma de un fruto jugoso.

La Masia fue fundada oficialmente for el presidente Josep Lluís Núñez en 1979 cuando convirtió la casa pairal Can Planes anexa al Camp Nou en una residencia para futbolistas jóvenes de la cantera. La necesidad de reforzar el equipo desde la cantera tiene sus orígenes en el año 1972, cuando el presidente Agustí Montal y el recién incorporado entrenador del primer equipo Rinus Míchels presenciaron la derrota del Barça juvenil contra el anterior campeón (Damm) en la final de la Copa Catalunya. Para asegurarse un cauce de buenos jugadores hasta el primer equipo, Montal fichó al que por entonces lideraba la mejor cantera de España, Laureano Ruiz. Ruiz cambió por completo la metodología de formación de futbolistas, dando prioridad a la técnica por encima del físico – en contra de lo que se estilaba –, y sintonizó muy bien con Míchels – que ya estaba acostumbrado a métodos similares empleados por el Ajax. Los juveniles (un grupo distinto cada año) ganaron las temporadas 1973-1977 (año en que dejó el cargo Ruiz), sin embargo de esa época sólo se recuerdan un par de canteranos que llegaran al primer equipo (Carrasco, Calderé). Pero de golpe ocurrió algo que cambió la historia del club: pasó Cruyff por el Barça y dejó la semilla del Fútbol Total en las retinas del aficionado – y también en las de su compañero de equipo Charly Rexach, que entrenaría a otra generación fantástica de juveniles en los años 80 (Milla, Amor, Tito Vilanova, Jordi Roura, el padre de Busquets, y Najim, entre otros): ganarían dos campeonatos y un sub-campeonato de Liga.

Cuando Cruyff aceptó volver al Barça como entrenador en 1988, él ya pudo saber por Rexach que La Masia era una flor a punto para ser polinizada. El agente polinizador – el viento que trajo el polen – fue el mismo Cruyff. Él trajo del Ajax métodos avanzados de entrenamiento, el uso sistemático del rondo (aunque Ruiz y Michels ya lo habían utilizado antes, con resultados poco visibles), y la coordinación del estilo de juego del fútbol base a imagen y semejanza del del primer equipo (un concepto muy arraigado en el Ajax ideado por su primer entrenador, Jack Reynolds). La Masia empezó a dar sus primeros frutos bajo el estímulo del Dream Team – aunque para entender por qué los primeros (Amor, Milla) ya entendían el estilo del Dream Team sin haberlo visto nunca hay que recurrir a la Historia: ellos eran los frutos y Cruyff había sido el viento polinizador.

El ciclo polinizador de Cruyff no acabó al marcharse Cruyff, todo lo contrario. La mayoría de sus pupilos más avanzados (Van Basten, Koeman, de Boer, Laudrup, Guardiola) se han convertido en el polen de su estilo como entrenadores que pregonan su visión del fútbol basado en el principio de la posesión. Es difícil concebir el fútbol actual sin la aportación de este holandés. Guardiola creó el Pep Team que deslumbró al mundo basándose en los argumentos básicos de Cruyff –  posición, presión, posesión – y refinó el modelo utilizando casi exclusivamente a jugadores de La Masia; ahora ha exportado el modelo a Alemania. En las últimas dos décadas, La Roja no habría ganado ninguno de sus tres preciados galardones (dos Eurocopas y un Mundial) sin los seis o siete internacionales de La Masia. Cuando Alemania fue derrotada en semifinales del Mundial de Sudáfrica en 2010, el entrenador alemán Joachim Löw dijo que “se puede ver en cada pase: la manera como juega España es la manera como juega el Barça”. En 2013, de los 38 jugadores en activo producidos por La Masia jugando en una gran liga (España, Francia, Alemania, Holanda, Italia, o Inglaterra), 14 estaban jugando en el Barça (37%), 18 en equipos españoles (47%), y 6 fuera de España (16%).
El polen de La Masia llega ahora a los países más impensados, como Inglaterra, el país del fútbol directo donde hasta hace poco la posesión no valía un duro e imperaba la ley del patadón. Ahora ya no hay sólo un agente polinizador como cuando aterrizó Cruyff sinó que se cuentan a docenas. Aprovechándose de una legislación que les permite ofrecer contratos a jóvenes de 16 años (en España los contratos están prohibidos hasta los 18), los ojeadores británicos se pasean por la Ciutat Esportiva cada domingo como abejas para tratar de llevarse algun talentoso joven grano de polen pegado a las patas de regreso a su país. Algunos canteranos, efectivamente, se van, y contribuyen a que de un tiempo a esta parte se vea menos patadón y más control en el fútbol inglés: éste es el caso de Cesc Fàbregas y Mikel Arteta (Arsenal), Gerard Piqué (Manchester United), Oriol Romeu (Chelsea), o Pepe Reina (Liverpool), entre otros. También los técnicos de La Masia prueban fortuna: Rodolfo Borrell (el primer entrenador de Messi) – ahora en el Manchester City –, Luis Milla – que probó fortuna en la selecciones nacionales juveniles –, Óscar Garcia – en el Maccabi Tel Aviv –, y Albert Benaiges – en el Al Wasl de Dubai. El método de formación de La Masia se estudia no sólo en todas las canteras futbolísticas del planeta sino también en las mejores facultades de empresariales del mundo. La Masia funciona tan bien que hasta la Harvard Business School ha enviado a sus abejorros para llevarse un poco de la semilla blaugrana original, a ver si sus frutos sirven para curar a América de sus males.

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