Arquímedes de Siracusa, que vivió en el s. III a.C., fue un
gran matemático, físico y astrónomo griego. Uno de sus más célebres
descubrimientos es el del principio de la flotabilidad (ahora conocido como
Principio de Arquímedes). Cuenta la leyenda que, mientras Arquímedes estaba tomando un baño, se dio cuenta
de que la fuerza de flotabilidad que se ejerce sobre un cuerpo total o
parcialmente sumergido en un fluido es igual al peso del fluido desplazado por
el cuerpo. Al darse cuenta de lo que acababa de descubrir,
salió desnudo por las calles de Siracusa gritando “Eureka!”.
Después de la desastrosa actuación ante Holanda de un Xavi
demasiado veterano para el fútbol de élite y de un Piqué que presta más
atención a Shakira que a sus adversarios, Del Bosque movió ficha y los mandó al
banquillo para dar entrada a Javi Martínez y a Pedro, unos cambios que auguraban
un movimiento más ágil tanto de las líneas del equipo como del balón. Y así fue
durante los primeros 20 minutos: España recuperó con el pase rápido por el
suelo su firma de identidad, con triangulaciones fulgurantes a primer toque entre
Busquets, Iniesta y Silva que rompían la intensa presión de Chile y recordaban
otros tiempos con ilusión. Sin embargo, el equipo no presionó y Del Bosque no
alteró el dibujo básico de la Roja, basado en el doble pivote (Busquets y Xabi
Alonso), que se ahoga en sí mismo porque resta un atacante cuando más lo necesita
el equipo. Así, las triangulaciones en la línea de tres cuartos no tuvieron
resolución porque la selección juega coja sin ese tercer delantero para el que
fue diseñado el andamio táctico del Barça. Los defensas de Chile, más jovenes y
rápidos, fueron una pesadilla para Pedro y Costa; sus conatos de dríblings
fueron siempre abortados con destreza y pundonor por los chilenos. Y al final
la edad volvió a decidir la contienda otra vez. Xabi Alonso tuvo dos ocasiones
que pudieron cambiar el partido, pero tras la entrega garrafal del donostiarra
que propició el primer gol de Chile y una entrada en la que se ganó una tarjeta
amarilla por llegar tardísimo, hizo que Del Bosque lo tuviera que cambiar (por
Koke) al descanso, cuando ya era demasiado tarde (0-2). Iker tampoco mostró aquellos reflejos de gato a la
que nos tenía acostumbrados en ninguno de los dos goles de Chile – y no digamos
en los de Holanda. La edad, la edad, la edad: un factor que ha ido aumentando
progresivamente desde la Eurocopa de 2008 (26.1 de media), en Sudáfrica 2010
(26.8), en la Eurocopa de 2012 (27.1). Contra Holanda el promedio se situó en
los 28.3 y contra Chile (con la entrada correctiva de Javi Martínez y Pedro) a
27.4, pero en el banquillo había cuatro jugadores jóvenes (De Gea, Fàbregas,
Koke y Mata) que promediaban 24.5 años y sólo fue utilizado uno (Koke), durante
45 minutos.
Cuál es la responsabilidad de Del Bosque en esta debacle?
Sus fans dirán, no sin razón, que el equipo ha llegado a un fin de ciclo, con
tres pilares del equipo (Xavi, Casillas y Alonso) sumando 99 años entre los
tres. Tres técnicos del Barça (Tito, Roura y Martino) se han roto los sesos
intentando encontrar relevos para Xavi y Puyol, pero estos dos gigantes del
fútbol han alterado la línea de flotación del paquebote hasta el punto que aún proyectan
una sombra enorme que abarca más allá del terreno de juego, desquiciando los
debates sobre el estilo. También es cierto que el seleccionador nacional tiene
pocos días al año para entrenar al equipo y sólo es responsable de escojer a
los jugadores, pero no es menos cierto que tiene mucho donde escojer para
mantener a flote el barco: el banquillo de la Roja parece otra selección
nacional, con muchos jugadores jóvenes para escoger. Precisamente por eso la
correlación exacta entre la ascensión y la caída del Pep Team y la Roja no habla en favor de Del Bosque como un
entrenador determinante. Nadie duda de su gran capacidad de gestionar al grupo ni
de su sensatez al nuclear la selección alrededor de un equipo blaugrana ahora
legendario, pero si hubiese sido uno de los mejores entrenadores de todos los
tiempos, hubiese encontrado la manera de preveer que el hundimiento del Barça
le arrastrara al fondo del mar a él también. Como Martino en el Barça, Del
Bosque sentó a los jóvenes y prefirió hacer jugar a los que llevaban más
galones, lo que resultó en una mayor lentitud en el juego: éso es
responsabilidad directa del entrenador. La Roja vivió en un par de días los
meses de crisis del Barça y volvieron a salir voces que propugnaban un cambio del
estilo para jugar más directo, cuando lo que tocaba era dar el mando a los
jóvenes y confiar en su interpretación más veloz del estilo. Corresponde al
capitán del barco vislumbrar ese momento en que hay que cambiar el velamen para
asegurar la flotabilidad en la tormenta, y a veces éso requiere un momento
Eureka, un Arquímedes del fútbol como sí lo era Pep Guardiola. Si resulta que
el Barça y la Roja son casi lo mismo, y por los méritos de la selección
condecoraron a Del Bosque con el título de Marqués, entonces a Guardiola como
mínimo deberían ordenarlo Cardenal.
Tanto sectores merengues como culés han desdeñado la
principal virtud de Del Bosque, que es su inmensa habilidad para gestionar a un
vestuario repleto de egos. Se le critica que no es un genio de la táctica sino
de la práctica: el famoso doble pivote de La Roja (Xabi Alonso y Busquets) ha
consistido simplemente en tomar prestado el esqueleto del Barça sacrificando un
delantero para poder cerrar atrás con un mediocentro defensivo adicional
(Alonso). Esta propuesta aseguró la defensa – y con ella nada menos que dos
Eurocopas y un Mundial – pero chirrió tanto en la punta de ataque que La Roja
acusó la falta de pólvora y no marcaba casi goles, por lo cual Del Bosque ha
sido acusado de rácano desde algunos sectores puristas del barcelonismo
acostumbrados al gol en abundancia. Del Bosque, que es muy sabio, ha sabido
rehuir las discusiones estéticas y se ha centrado en el argumento pragmático de
que la selección, al contrario que los clubes, se mide sólo en competiciones cortas
donde un error se paga con la eliminación. Con el tiempo esas críticas fueron
acalladas con las victorias y por el juego aplastante exhibido por los peloteros, pero como en Brasil no se ha
visto nada de lo primero y poco de lo segundo en los dos primeros partidos, es
de esperar que las críticas sobre la elección del doble pivote van a arreciar
otra vez.
Mientras Xabi Alonso estaba en su plenitud física y el
equipo presionaba en todas sus líneas, el sistema del doble pivote funcionó (lo
cual parecía dar la razón a Del Bosque). Pero para ejercer bien la Presión
Total que caracterizó al Pep Team y a
la Roja de antaño hay que tener piernas jóvenes. Ya advirtió Guardiola que al
recuperar el balón, un equipo tarda un promedio de unos cinco segundos en
organizarse y recobrar la serenidad, y son esos cinco segundos críticos de
confusión que el Pep Team aprovechaba
para abalanzarse sobre los contrarios como una presa para causarles la pérdida
de la posesión: fue la gran coordinación y rapidez con que el equipo conseguía
sus recuperaciones lo que maravilló tanto al mundo. Contra Chile, Del Bosque no
acertó a ver que su equipo había perdido la capacidad de recuperación de antaño,
y si lo vio, no supo corregir ese defecto después del partido de Holanda. La
razón es muy simple: sólo hace falta que uno (el más lento) no coopere para que
se rompa toda la cadena, y todos tengan que volver a defender con prisas, con
el consecuente gasto extra de energía, en lugar de recuperar el balón en menos
de cinco segundos. Para los que, como yo, viven el fútbol como un juego y
prefieren quedarse con una lectura positiva de cada contienda, siempre quedará
el feliz recuerdo de los grandes momentos que nos regaló este equipo, ahora
hundido.
Por mucho que Del Bosque no sea un genio, la Federación Española hará bien si lo mantiene en el cargo, por dos razones. Primero, es un hombre muy sensato y es más fácil que Del Bosque se dé cuenta de su error que encontrarle un buen sustituto. En segundo lugar, Del Bosque se conoce el fútbol de formación en España y la selección Sub-21 española como pocos, por lo que él, a día de hoy, es la mejor persona para dar continuidad a los valores jóvenes que suben. Qué ironía: Del Bosque ha hundido la nave por no confiar en las nuevas generaciones y él es el único que puede reflotarla demostrando que vuelve a confiar en ellos. Que valga para estas generaciones futuras la lección – como si se tratara del axioma necesario para un teorema matemático – que sin Presión Total no puede funcionar el tiki y taka, con o sin doble pivote.
Por mucho que Del Bosque no sea un genio, la Federación Española hará bien si lo mantiene en el cargo, por dos razones. Primero, es un hombre muy sensato y es más fácil que Del Bosque se dé cuenta de su error que encontrarle un buen sustituto. En segundo lugar, Del Bosque se conoce el fútbol de formación en España y la selección Sub-21 española como pocos, por lo que él, a día de hoy, es la mejor persona para dar continuidad a los valores jóvenes que suben. Qué ironía: Del Bosque ha hundido la nave por no confiar en las nuevas generaciones y él es el único que puede reflotarla demostrando que vuelve a confiar en ellos. Que valga para estas generaciones futuras la lección – como si se tratara del axioma necesario para un teorema matemático – que sin Presión Total no puede funcionar el tiki y taka, con o sin doble pivote.
El resumen más punzante del partido lo ofreció el agudo camarero
del bar de Seattle donde vi el partido en directo: “Just like Barcelona” – “Igual que el Barça” –, un comentario que
fue recibido con carcajadas de aprobación por un buen centenar de personas. Rondaba
el minuto 70, y reflexioné en lo acertado del diagnóstico. Este equipo ya no
presiona bien, como el Barça de la pasada campaña: se hunde el Barça, luego se
hunde la Roja.
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Fabuloso texto, gracias!
ReplyDeleteUn pequeño matiz: los cardenales se crean, no se ordenan ;-)