Un club de fútbol – los jugadores, su junta directiva, su
cantera y hasta sus socios – forma una especie de ecosistema. El Barça hace ya
más de 40 años que mima su cantera con gran celo con el objetivo de nutrir a su
primer equipo de jugadores de gran categoría. A pesar de ello, el director
deportivo Andoni Zubizarreta ha anunciado una profunda remodelación del equipo
que pasa por declarar transferibles a jugadores de La Masia como Cesc y Pedro y a mantener a un veterano en declive como
Xavi – una declaración de principios que equivale a una deforestación del
ecosistema.
No todas las canteras están concebidas para nutrir a su
primer equipo de jóvenes talentos, ni el Barça es el único equipo que se basa
en su cantera para construir su primer equipo. El Ajax, la Real Sociedad y el
Athletic de Bilbao, por ejemplo, también utilizan sistemáticamente sus canteras
para renovar gradualmente el primer equipo, anticipando así el envejecimiento
de sus estrellas. El Real Madrid y el Manchester United, en cambio, utilizan
sus canteras primordialmente como una fuente de ingresos, aunque ambas canteras
produjeron en épocas pasadas generaciones de leyenda, como la Quinta del Buitre en el caso merengue. La Quinta
del Buitre llegó a contribuir 7 jugadores a la selección española en el
Mundial de 1990, pero esa magnífica generación fue el resultado de unos
cumpleaños muy parejos (del más joven al más mayor de esos internacionales
había sólo 5 años: en 1990 tenían 24, 25, 25, 26, 28, 29 y 29 años). Simplemente
fue una casualidad que salieran tantos jugadores buenos de golpe. En efecto, la
contribución de la cantera del Real Madrid a la selección bajó abruptamente después
de 1990, y en los últimos 20 años (las últimas diez competiciones desde la Copa
del Mundo del 1994 hasta la Eurocopa del 2012) contribuyó un promedio de sólo
3.3 canteranos. En ese mismo periodo La
Masia contribuyó una media de 4.9 futbolistas a La Roja. Cuando La Masia contribuyó 9 jugadores a La
Roja para el Mundial de 2010 (y para la Eurocopa del 2012), las edades de éstos
abarcaban 11 años y casi no se solapaban: 21 (Busquets), 22, 23, 23, 26, 27,
28, 30 y 32 (Puyol). Ésta es la mejor estadística de la regularidad de La Masia frente a otras grandes
generaciones de futbolistas
producidas por otras canteras: mientras que la Quinta del Buitre se extinguió por falta de método, la “Quinta de
Puyol a Busquets” continúa porque La
Masia ha establecido un método inextinguible de formación de futbolistas.
Aún así, hay muchos que aún creen que “el Barça ha tenido
suerte con la coincidencia de Xavi, Messi e Iniesta” – son palabras pronunciadas
por Zidane y Maradona (!) – olvidando que tienen edades dispares y que no hay
sólo esos tres: hay muchos más (como es el caso de Piqué, Cesc Fàbregas, Mikel
Arteta, y Oriol Romeu) que salen del club en su juventud porque no se atreven a
enfrentarse a un futuro compitiendo con tanto talento. Por lo tanto si no
hubiera existido Andrés Iniesta, Cesc Fábregas hubiera ocupado su sitio (es de
la misma quinta que Messi) y Guardiola también hubiera ganado, con casi total
seguridad, 14 títulos de 19 posibles. Al proponer la venta de Cesc y Pedro,
Zubizarreta demuestra no entender que La
Masia es la tierra y las semillas de donde emanan no sólo los jugadores
sino el mismísimo estilo futbolístico del club.
La estadística
anterior, que sigue nutriéndose con excelentes jóvenes futbolistas como Sergi
Roberto y Dongou, ha sido recientemente ignorada por el entrenador Tata
Martino, que ha preferido dar continuidad a los veteranos: “un
futbolista puede jugar al fútbol hasta los 35 años”, dijo sin fundamento
científico el Tata para tranquilizar a los treinteañeros del vestuario, Xavi,
Puyol y Alves. Este insensato error de apreciación – se recuerdan muy pocos
futbolistas que hayan llegado a esa edad en el Barça – ha provocado un parón
brusco en el ascensor que asegura la renovación del ecosistema de La Masia: Martino sólo utilizó a tres
jugadores del filial sumando un pobrísimo promedio de 24 minutos en todo el año
por canterano. Martino, que consiguió convencer a Zubi en un santiamén de que
se sabía al dedillo la filosofía del Barça, va además contra la Historia
blaugrana. Los entrenadores del Barça han ido utilizando más y más canteranos:
Cruyff hizo debutar a una media de 4 canteranos (aunque con gran inconsistencia:
un año a ninguno y otro a 10), Van Gaal (incluyendo a los interinos Serra
Ferrer y Rexach) a 3.5, Rijkaard a 5.8 (también bailando de 3 a 9 de un año
para otro), y Guardiola a 5.5 (con gran consistencia: o bien 5 o bien 6 cada
año). Guardiola también fue muy consistente en la utilización de jugadores de La Masia en su once inicial: en las
temporadas 2009-2010 y 2010-2011, utilizó exactamente 6.32 canteranos en ambos
años, y en muchos partidos llegó a alinear a 8. Tito llegó a dar 286 minutos
de promedio a los canteranos del filial, un récord del club y un 67% más que el
promedio de las cuatro temporadas anteriores con Guardiola al cargo. La
consistencia de Guardiola y Tito facilitó enormemente la planificación a largo
plazo por parte de los entrenadores de La
Masia. Es más eficiente cuidar de un bosque día a día con esmero que tener
que replantarlo después de un incendio.
No se puede
culpar a Martino de todo el descalabro porque, al fin y al cabo, no ha tenido
tiempo de aprenderse la lección. Simplemente confundió con su palique a Zubizarreta,
el auténtico borrico de la clase. Hace casi tres décadas que está en el club y
tuvo el privilegio de mamar del padre del Dream
Team, Johan Cruyff, como el que más, pero no parece haber aprendido nada de
nada. Aún no ha explicado por qué renovó a la alza a Puyol y a Xavi cuando lo
racional hubiera sido negociarles una retirada gloriosa acorde con su categoría
de leyendas. Zubi ni tan siquiera se da cuenta de que al dar prioridad a las
leyendas ha torpedeado el nido del que se alimenta todo el club. Ya es el colmo
pretender que Pedro, de 26 años – el rey del desmarque – y Cesc, de 27 – ex-capitán
del Arsenal, centrocampista con gol, visión para el pase final, y dotado para
los tiros libres y el rondo –, ambos campeones del Mundo y en la plenitud de
sus facultades físicas, sean los responsables de la desgraciada presente
campaña. Para reemplazarlos se barajan nombres de estrellas extranjeras, pero
ya sabemos que Ibrahimovic y tantos otros excelentes jugadores a menudo no se
adaptan bien al sistema del Barça porque pertenecen a otro ecosistema. El Barça
sigue teniendo en su cantera una fuente inagotable de magníficos jugadores
compatibles con su ADN para ir renovando su ecosistema gradualmente, y el único
en el Barça que no lo entiende es el director deportivo. La deforestación y
replantación con ADN foráneo que propone Zubizarreta es sólo un síntoma más de
su incompetencia planificadora. Él es el árbol que urge más talar.
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¿Ciencia? También es cierto que desde el debut de Pedro y Busquets en 2008/09, ningún canterano procedente de las categorías inferiores se ha consolidado como titular. Ni con Pep, ni con Tito, ni con Tata. Cuenca, Tello, Muniesa, Valiente, Fontàs, Bojan, Thiago, Dos Santos... O les ha faltado un punto de cocción (oportunidades) o no son tan buenos como sus precedentes.
ReplyDeleteCierto, pero hay que preguntarse por que. Jordi Alba, Thiago, Bartra y Montoya son para mi ejemplos de jugadores consolidados pero que se encontraron con un embotellamiento de estrellas en el primer equipo, y salvo el primero los otros tres han sufrido por la mala gestion de la retirada de los veteranos por parte de la direccion deportiva en general -- a eso alude el articulo. No se que paso con Bojan, apuntaba tan alto ... Gracias por tus comentarios.
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