Desde el Barça se protesta que el Real Madrid se ha aprovechado de sus influencias políticas para engrosar su historial. En el año 2000, Florentino Pérez llegó a la presidencia del Real Madrid y activó una operación inmobiliaria con la ayuda de su antiguo compañero de partido y entonces alcalde de Madrid por el PP, Álvarez del Manzano (quien recalificó de un plumazo unos terrenos destinados a la cantera del club). Esa operación saldó una deuda de 270 millones de euros y financió a los Galácticos que ganaron dos Champions (2000, 2002). Si el Madrid no hubiera podido disponer de 400 millones de euros para comprar a Zidane, Figo, Ronaldo, Beckham, Robinho, Cristiano Ronaldo y los demás, las cinco Ligas Galácticas (2001, 2003, 2007, 2008, 2012), argumenta el Barça, hubieran sido blaugranas. En la cima, al fin y al cabo, sólo hay sitio para uno. El Barça lloriquea que ya es la segunda vez que el mundo del deporte asiste impertérrito a una interferencia política de ese calibre: Franco robó a Di Stefano al Barça, una operación que reportó 5 Copas de Europa y 8 Ligas para el club merengue en un momento en el que el Barça también era uno de los grandes de Europa (Kubala, Kocsis, Czibor, Suárez, Ramallets), por lo tanto la saeta rubia – el Messi de su tiempo – fue sin duda determinante. Aunque la Quinta del Buitre y su fútbol coral no se lo merezca, la Historia escribirá que la gloria del Real Madrid se sustentó en su poderío político-financiero. El club tiene una cantera muy brillante, pero su junta la usa como estraperlo para producir ingresos.
Nadando en el mismo ecosistema que el Real Madrid está su
mayor rival, el Barça, que también se ha enriquecido con los viles tratos de
favor de las teles para con los dos grandes. No obstante, el mayor tesoro del
Barça radica en La Masia. Hace ya más
de 25 años, con la llegada de Johan Cruyff al Barça como entrenador en 1988, el
club sustituyó la chequera (el estilo de Núñez) por la cantera y un manual de
estilo copiado del del Ajax: posición,
posesión, presión; Cruyff mandó a los niños a jugar como el primer equipo y salieron
entonces como salsichas “jugones” técnicos y de mente rápida. Desde el año 2000,
ganarían dos Eurocopas (2008, 2012) y un Mundial (2010), además de 6 Ligas
(2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013) y 3 Champions (2006, 2009, 2011). Los
fichajes estrella (Ronaldinho, Ibrahimovic, Neymar) han tenido que adaptarse al
estilo del equipo o marcharse.
La mayor productividad de La Masia ha coincidido con el reinado de Florentino Pérez y eso no puede
ser casualidad. En realidad, la mayor amenaza para el Real Madrid no es el
Barça ni los socios del Barça deberían demonizar a Florentino Pérez como al Darth Vader del fútbol: el mayor rival
del modelo del Real Madrid es La Masia.
Han coincidido en el tiempo dos grandes acontecimientos en la historia del
fútbol: una productividad sin precedentes en una cantera y la mayor inversión
jamás vista de su club rival. La Masia
es un ente que, apostando por la educación, desafía a los conglomerados
immobiliarios y a los petrodólares rusos y cataríes demostrándoles que hay
cosas intangibles en el fútbol que no se pueden comprar. Xavi, Iniesta,
Busquets, Cesc, Messi, Piqué y compañía triangulan como bailarines porque
jugaron juntos al fútbol desde niños; ahora no hay dinero que los separe. Basándonos
en argumentos puramente científicos, el socio blaugrana nunca debería exigir
cambios en la junta madridista o en su modelo de chequera, porque La Masia disfruta de un estado de
simbiosis con el Real Madrid en el que ella se lleva la mejor parte. Cada día,
los billetes de Florentino ayudan a La
Masia a hacer su digestión. Los chavales de la cantera aprenden que el
fútbol no es más que un juego: uno no llora por los títulos robados o comprados
y sólo importan los títulos sudados. Parece como si Florentino Pérez trabaje a
largo plazo para estimular el crecimiento de La Masia, como si fuese un vulgar hongo al servicio del Barça.
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