Absolutamente todos los elementos que nos rodean en nuestro planeta, desde los del aire, la tierra y el agua hasta el más insignificante átomo de nuestra anatomía, fueron creados en las estrellas. No venimos de una sola estrella sino de sucesivas generaciones de estrellas cada una de las cuales, al final de su ciclo vital, estalló en un gran cataclismo que fusionó los átomos de su interior y produjo nuevos elementos. Estos experimentos de química del Universo se llaman supernovas, y sin ellas no existiría en la Tierra la gran variedad de elementos que ahora conocemos como la Tabla Periódica. Dentro de varios miles de millones de años nuestro Sol también alcanzará su fase terminal en la que se hinchará hasta vaporizar a la Tierra con su calor, y finalmente la mayoría de su material será expelido hasta el espacio donde se convertirá en polvo interestelar. Todos volveremos a las estrellas algún día. Sin saber nada de astrofísica, los escribanos de la Bíblia ya lo advirtieron: “Polvo eres y en polvo te convertirás”.
Hoy las estrellas están tristes. Se nos ha muerto Tito Vilanova, el técnico del Barça que junto con Pep Guardiola levantó el inaudito récord de 14 de 19 títulos en 4 temporadas, incluido el primer sexteto de la historia del fútbol. No era un mero ayudante: Pep lo escogió por ser su fiel amigo y un brillante estratega. Tito diseñaba las jugadas a balón parado y convenció a Pep de que la mejor manera de defender los córners era zonalmente, dada la inferioridad atlética de los jugadores del Barça. Cuando se fue Pep ganó otra Liga más (igualando el récord de 100 puntos de la Liga y batiendo el de goles a favor, con 115), todo ello a pesar de tener que ausentarse debido a su tratamiento. Conocido como “el Marqués” cuando jugaba en divisiones inferiores por su atención al detalle – se fijaba en la presión del balón y en la longitud y humedad de la hierba –, había sido un jugador de toque fino y pase exquisito.
He soñado que las cenizas de Tito se esparcían por los campos de La Masia para que los átomos de su cuerpo se reintegrasen a los prados verdes y generaciones de jóvenes futbolistas pudiesen seguir disfrutando con sus enseñanzas, ahora estampadas en la hierba. Ahí Tito empezó a ejercer de entrenador para el Barça y entrenó a la mejor generación de cadetes que jamás haya visto el club (Piqué, Messi, Cesc, entre otros). Siempre tuvo presente de dónde venía y lo que representaba La Masia en el contexto del fútbol español. “Debemos estar muy contentos por tener una cantera capaz de enfrentarse a la plantilla más cara de la historia del fútbol mundial”. Por algo fue el entrenador que dio más minutos a los canteranos del filial en toda la historia del Barça (286 minutos por canterano de promedio, comparados con los 171 de promedio de Guardiola en los 4 años anteriores o los 255 del último año de Pep).
Se ha muerto un hijo de La Masia. Todos, hasta las piedras y los árboles lloran hoy en el Barça porque Tito encarnaba en una sola persona todas las virtudes que la cantera intenta enseñar a sus pupilos: inteligencia, trabajo constante y la fidelidad a los amigos. Todos los átomos de La Masia se lamentan hoy por Tito, pero llegará un dia feliz en que la termodinámica del Universo los volverá a hacer bailar con los de Tito, durante una explosión estelar que borrará todo este dolor para siempre mientras alguien envía a las estrellas el mensaje favorito de Tito: “Para mí no hay mejor terapia que el fútbol”.