La lógica es
la rama del conocimiento que estudia la validez de los argumentos y de los
procesos cognitivos. Investiga procesos como las inferencias, las paradojas y
las falacias, y así ayuda a determinar si un teorema es válido, consistente y
completo. En Occidente la lógica comenzó con el griego Aristóteles, que
introdujo los conceptos de la hipótesis, el silogismo y la lógica inductiva. En
el s. XIX, el matemático inglés George Boole describió los fundamentos de la
lógica algebraica binaria (conocida como lógica booleana) que permite calcular
con sólo 1’s y 0’s y que es la base del cálculo computacional de todos los
ordenadores de hoy en día. En 1931, a los 25 años de edad, el austriaco Kurt
Gödel demostró uno de los teoremas más importantes de la lógica, el llamado
"Teorema de la incompletitud": que en matemáticas siempre habrá
declaraciones que, a pesar de ser ciertas, no pueden ser demostradas.
El gran
mérito de Johan Cruyff como entrenador fue construir un modelo futbolístico
basado en una lógica irrefutable. Primero, enseñar a los niños a jugar al
fútbol siguiendo unos principios estilísticos transparentes de forma que
pudieran ser entendidos por todas las edades: Posición, Posesión, Presión. Un
estilo caracterizado por la combinación en corto, la economía de toques y la
presión por todo el campo, manteniendo el equipo compacto para facilitar la
recuperación rápida. Los mejores llegaban al primer equipo después de un
proceso competitivo de selección, lo que garantizaba el estilo y a la vez
inmunizaba el club contra la escalada de costes en el mercado de fichajes. Hoy
en día, la cantera del Barça, conocida como la Masía, es admirada en todas partes y los métodos de trabajo de sus
entrenadores son copiados en la mayoría de las academias de fútbol del mundo.
Ningún otro club del planeta puede presumir de haber dado el nombre a un estilo
futbolístico ( "Estilo Barça"). Sin embargo, respaldándose en los
éxitos del tridente, ha surgido ahora una corriente de pensamiento en la
directiva del Barça que cuestiona que la Masía
ya no da los resultados de antaño. El problema es que esta teoría no tiene
ningún fundamento lógico, y podría destruir para siempre el Estilo Barça y la
propia Masía.
Es la misma
ideología que sostiene obcecadamente, desde la época Rosell, que el Barça debe
convertirse en una máquina de hacer dinero como el Bayern, el Manchester United
y el Real Madrid y se esfuerza en hacer operaciones globales de imagen como la
de iluminar el Empire State Building
con los colores azulgrana. La directiva no se da cuenta que toda comparación
con los más ricos es inútil e innecesaria. El Barça no tiene tanto dinero pero
tiene la Masía, una fuente inagotable
de riqueza futbolística que ya es la envidia de los más ricos. Al Bayern le ha
costado poco hacerse esponsorizar por gigantes como Allianz, Adidas, T-Mobile y
Audi, entre muchos otros, porque Alemania tiene la economía más poderosa de
Europa. El Manchester United fue el primero en entrar al creciente mercado de
la televisión asiática, donde es muy popular. El Real Madrid salió beneficiado
económicamente de sus conexiones políticas con el régimen de Franco y, más
recientemente, se ha enriquecido a base de hacer trampas inmobiliarias
protegido por políticos y jueces corruptos: financió a los Galácticos con los
400 M€ obtenidos gracias a la revalorización de unas zonas no edificables en el
año 2000. Los "nuevos ricos" entre los clubes de fútbol, como el
PSG, el Chelsea o el Manchester City, lo son porque se han prostituido a un
gran inversor extranjero y ya no pueden tomar decisiones independientes. Aunque
el modelo de la Masía es el que ha
ganado más títulos en los últimos 30 años, y esto diferencia el Barça de los
otros ricos, ahora la nueva directiva sostiene, sin ninguna lógica, que la Masía no da el tono y hay que fichar del
mercado como hacen los otros grandes clubes.
El argumento
de la directiva es que la Masía no
producirá siempre Messis, Xavis e Iniestas con suficiente regularidad para
abastecer el primer equipo. Este argumento es falso porque no tiene base
empírica, y además también se aplica a la ley del mercado: no se encuentran
Messis, y menos tridentes, de manera regular en el mercado. En cambio, la Masía sí produce jugadores con perfil
Barça con una grandísima regularidad. Basta fijarnos en las edades (actuales)
de los centrocampistas creativos que han llegado al primer equipo en los
últimos 30 años: Milla (50), Guardiola (45), De La Peña (40), Xavi (36),
Iniesta (32), Cesc (29), Busquets (28), Thiago (25), Sergi Roberto (24) y
Samper (21). De estos diez, el Barça ha desaprovechado cuatro (Milla, Cesc,
Thiago, Samper) por razones completamente ajenas a la Masía (error de contrato, mala gestión del vestuario, cesión) –
pero todos tenían calidad suficiente para estar en el primero equipo, que es lo que
se le pide a la Masía. Messi es
único, pero suben delanteros fantásticos como el "Messi coreano" Lee (18)
y Aleñà (18), a punto de dar el salto. Ya ha quedado demostrado que la Masía es mucho más sostenible que los
altibajos del mercado.
Por tanto,
además de ser falso, el argumento es perverso – no es que la Masia no produzca
jugadores de calidad: es la propia directiva la que ha malvendido las perlas de
la cantera y ahora tiene la vergüenza de decir que el resto no tienen calidad suficiente.
La lista es muy larga: Bartra, Samper, Nolito, Munir, ... - precisamente cuando
empiezan a despuntar, son reemplazados por patatas de fuera mucho más caras que
no entienden el juego combinatorio. La actual directiva no cree en el modelo
formacional de la Masía, que se basa
precisamente en ayudar a llegar hasta arriba a aquellos pocos que despuntan.
Será que los directivos encargados de comprar y vender jugadores cobran
comisión por cada jugador comprado y tienen interés en hacer desaparecer a la Masía?
El problema
no es la Masía sino que la
presidencia del Barça está formada exclusivamente por hombres de negocios sin
ningún pasado futbolístico y eso marca su manera de llevar el Barça como si
fuera la Coca-Cola. El Presidente del Bayern, en contraste, es Karl-Heinz
Rummenigge (uno de los mejores jugadores de Europa en su época), y su director
deportivo es Matthias Sammer, otro gran internacional alemán. El Presidente
Bartomeu, a quien conozco personalmente porque coincidimos en la escuela Aula,
es esencialmente una buena persona – pero siempre que se mire en el espejo de
Blancanieves le contestará la cruel verdad: que él no habría sido nunca
Presidente si no fuera porque fue Presidente interino cuando los socios
defenestraron a Rosell. Bartomeu estudió en ESADE y jugó al baloncesto en las
categorías inferiores del Barça. Se ha rodeado de un núcleo fiel de compañeros
del mundo de las escuelas de empresariales de Barcelona: Jordi Cardoner – también ex-alumno de Aula y graduado en
empresariales por la UB, ahora vicepresidente 1o –, Albert Soler –
graduado de ESADE, ex waterpolista profesional y ahora directivo de deportes
profesionales – , y Jordi Mestre – graduado de IESE y vicepresidente del Área
de Deportes. Nadie los ha visto nunca chutar una pelota ni por equivocación.
(Laporta, el anterior presidente, sí tenía el gusanillo del fútbol: yo había
jugado de medio-centro con Físicas en las ligas universitarias y de Laporta,
que jugaba de delantero centro con Derecho, recibíamos la siguiente
advertencia: "Cuidado con Jan que escupe".) Para suplir su carencia
de conocimientos, se asesoran de un personaje misterioso y triste,
ex-futbolista italiano de 70 años, Ariedo Braida, que nadie sabe lo que hace ni lo que cobra.
Es una directiva de Mortadelo y Filemón. Resulta algo cómico imaginarse la
pareja Soler y Mestre negociando contratos con leyendas futbolísticas como
Rummenigge y Sammer.
Este equipo
de experimentados hombres de negocios que lleva las riendas del Barça han
cometido cuatro grandes errores que ni siquiera yo, sin ninguna experiencia
empresarial, no habría cometido nunca. El primero fue estampar en la camiseta
del Barça el nombre de un país ligado a violaciones de los derechos humanos
como es Qatar, escondido bajo la oscura Qatar Foundation, que luego fue
maquillado como Qatar Airways para disimular. A mí una animalada así no
se me ocurre ni borracho. La lista de posibles patrocinadores llamando a la
puerta del Barça no debía ser corta, precisamente. Un contrato tan nebuloso que
hace sospechar si alguien de la directiva no obtuvo algún beneficio personal.
El segundo
error, gravísimo, ha sido apoyar en solitario al Real Madrid en el asunto del
reparto de los derechos de televisión. Ayudando a su máximo rival a perpetuar
una situación completamente injusta, la directiva del Barça perjudica a su
propio club porque beneficia a uno que es más rico que nosotros. El Barça
debería apoyar al resto de clubes para que el reparto fuera equitativo. La
riqueza del Barça es la Masía y no
debería afectar que los demás tengan más o menos dinero para fichar, en cambio
al Madrid le haría más daño no tener estos ingresos cada año. Igualando las
condiciones para todos, la Masía se volvería una riqueza más valiosa todavía.
Elemental, Mr. Watson.
El tercer
gran error fue no apoyar a la Masía
cuando llegó la advertencia de la FIFA por los contratos de los jóvenes. El
club guardó el fax de la FIFA en un cajón e hizo una canallada indigna: utilizar
a Amor, el entonces director de la Masía,
como chivo expiatorio. Amor era muy querido por los entrenadores de la Masía y venerado por los culés porque
había sido el primer jugador de la Masía
que había formado parte del legendario Dream Team de Johan Cruyff. Para
rematar, la directiva hizo caso una vez más del peor equipo jurídico que ha tenido
jamás el Barça y (como han perdido todos los pleitos desde la era Rosell) tuvieron miedo de enfrentarse a la FIFA en los tribunales. El Barça tenía
todas las de ganar, porque lo que hacía la FIFA (perseguir sólo al Barça) era
el equivalente de multar sólo a los coches con matrícula de Lepe. Verdad que el
Supremo daría la razón a los de Lepe? Con menos argumentos pero mejores
abogados, el Chelsea ganó su pleito contra la FIFA en los tribunales ordinarios
por una mayor sanción de dos años por un solo juvenil.
El último
gran error, que ya es la gota que colma el vaso, es el de acusar a la Masía de no dar la nota. Estos
empresarios encorbatados que conducen BMWs se atreven a criticar a los mejores
educadores futbolísticos del mundo, les pagan unos salarios misérrimos, y después
ellos son unos ineptos en su trabajo que es comprar y vender jugadores. Thiago
y Bartra se escaparon por errores de contrato; Dani Alves, que les coló una
cláusula para irse libre, aun se está riendo a carcajadas. Samper, el único
sustituto natural de Busquets, cedido. Compramos Alcácer por 30 M€ cuando es
muy inferior a Nolito, que triunfa fuera y no tenemos dinero para que vuelva.
Deberían aprender de sus homólogos del Real Madrid, que cada año colocan
petardos de la Fábrica a precios exorbitantes, y de los caza-talentos
profesionales del Sevilla y el Bayern.
En
definitiva, un club basado en el márketing siempre tendrá unos fundamentos
lógicos muy débiles porque el dinero no siente los colores del club y es un
modelo insostenible al competir con todo el mundo en el mercado. Es un modelo
que, según Gödel, no es completo. La gente de la Masía tienen un corazón grande como un balón de fútbol. Necesitamos
un modelo completo de club basado en los valores de la Masía, dirigida por futbolistas que hagan crecer el club sin
sacrificar el estilo ni los valores educativos. Xavi hace poco reclamó que su
Barça del futuro funcionará según el "modelo Bayern": Presidente
Piqué, director deportivo Puyol, él de entrenador y Busquets de segundo
entrenador. El sistema de la Masía
tiene una lógica interna que ya ha adquirido la fuerza de un teorema y por eso
será siempre el corazón del Barça.